![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png){kind=small}
![[community profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/community.png){kind=small}
[Tenipuri] Gato de nueve vidas (Oishi/Tezuka, pg-13)
Fandom: Prince of tennis
Personaje/s: Oishi Shuuichirou, Tezuka Kunimitsu.
Tema: Reencarnación
Advertencias: Cierta ambigüedad. Shounen ai.
Notas: Drama, amistad, romance. 537 palabras. Escrito originalmente para tenipuri_es en Livejournal.
“Cayó y cayó del tejado. Intentó torcer su cuerpo y caer en el cojincillo que eran sus patas, pero la leche tibia lo había hecho lento y pesado; así que Maneko-chan rompió su promesa y alzó nuevamente una plegaria al cielo 'Oh, Kami-sama. Una vida más, sólo una vida más' y el dios de la muerte, que siempre le había mirado con gentiles ojos, cogió a Maneko-chan en brazos y respiró vida entre sus bigotes y con fríos dedos tomó su columna rota y la volvió de marfil. Y agradecido, Maneko-chan regresó a su casa. Dos, cinco años pasaron y la esposa de Maneko-chan murió. Diez, veinte, treinta años. Maneko-chan vivió después de sus hijos y los hijos de sus hijos, y la peste nunca lo tocó. Lloró a la luna y cayó del tejado y corrió entre los cuerpos de hombres en guerra e intentó que el mar lo ahogara, pero las olas sólo lo arrojaban lejos diciendo 'Maneko-chan. Tonto Maneko-chan.' y el dios de la muerte que con gentiles ojos le había dado vida eterna para enseñarle una lección, ya nunca volvió.”
Oishi Syuichirou ha vivido cien vidas y sufrido cien muertes.
Ha visto imperios derrumbarse por las redondeadas caderas de una mujer y reinos erigirse sobre la espalda de esclavos; ha servido a regentes de oro y príncipes de papel. Ha sido amo, segundo al mando, plebeyo, esclavo, ciudadano, paria, indigente, soldado, cuidador, padre, enemigo, aliado, amante de tantos, amigo de más; hombre, mujer, las dos cosas y ninguna. Ha vivido cien veces, esto lo sabe con la certeza de que la envidia de los hombres no cambia y el mundo a cada era es más chico; aunque de ellas recuerda pocas, y con la claridad de la primera casi ninguna.
Y ha habido centurias en que olvida ésta también.
Olvida su primer (verdadero) nombre, su primera guerra, el hombre al que siguió (y aún sigue) al fin del mundo, y vaga sin rumbo la distancia de ocho planetas llenando su cabeza de conocimiento y memorias nuevas en el afán de recobrar sensaciones y nombres que no sabe que ha perdido. Ha matado a su mejor amigo sin saber que lo era y odiado a la persona a la que hace más de dos mil trecientos años juró seguir a los confines de Hades.
Tezuka Kunimitsu. (Pero no éste, no el del presente. No, no, no, no. Mira por la ventana. En las canchas. Está bien. No hay fuego ni pólvora ni copas de oro y veneno. Respira. Respira.)
Ha visto a su mejor amigo morir entre sus brazos y lo ha buscado durante vidas enteras sin encontrarlo, se han adorado, pero más lo ha visto conquistar y adorar (y sí, lo aborrece por momentos, pues Tezuka nunca recuerda, y Oishi aún tiene la memoria de un té de hace doscientos años y el sabor de la tierra dulce que era Hellás, y quiere hablar de eros, discutir sobre dioses que pocos recuerdan y musitar 'lo juro' bajo su ombligo, pero Tezuka no sabe que alguna vez fue rey de Macedonia, y él debe planear con cuidado y amarrarse la lengua.), pues su mejor amigo reencarna para comerse al mundo a manos llenas y Oishi sólo regresa por él.
Ha enloquecido más veces de las que quiere rememorar, muere y olvida, y entierra a más personas de las que ayuda, por lo que Oishi sabe que algún día Tezuka no será motivo suficiente para desear volver a un mundo que se cae a pedazos pero (brazos alrededor de su cintura, aliento caliente en el cuello, un beso, vamos) antes de despedirse quiere trazar 'te amo' en todos los idiomas de la Tierra contra sus muslos y ser amado por todas las vidas en que Tezuka se ha rehusado a mirarlo. Por ahora, lo sigue.
Personaje/s: Oishi Shuuichirou, Tezuka Kunimitsu.
Tema: Reencarnación
Advertencias: Cierta ambigüedad. Shounen ai.
Notas: Drama, amistad, romance. 537 palabras. Escrito originalmente para tenipuri_es en Livejournal.
“Cayó y cayó del tejado. Intentó torcer su cuerpo y caer en el cojincillo que eran sus patas, pero la leche tibia lo había hecho lento y pesado; así que Maneko-chan rompió su promesa y alzó nuevamente una plegaria al cielo 'Oh, Kami-sama. Una vida más, sólo una vida más' y el dios de la muerte, que siempre le había mirado con gentiles ojos, cogió a Maneko-chan en brazos y respiró vida entre sus bigotes y con fríos dedos tomó su columna rota y la volvió de marfil. Y agradecido, Maneko-chan regresó a su casa. Dos, cinco años pasaron y la esposa de Maneko-chan murió. Diez, veinte, treinta años. Maneko-chan vivió después de sus hijos y los hijos de sus hijos, y la peste nunca lo tocó. Lloró a la luna y cayó del tejado y corrió entre los cuerpos de hombres en guerra e intentó que el mar lo ahogara, pero las olas sólo lo arrojaban lejos diciendo 'Maneko-chan. Tonto Maneko-chan.' y el dios de la muerte que con gentiles ojos le había dado vida eterna para enseñarle una lección, ya nunca volvió.”
Oishi Syuichirou ha vivido cien vidas y sufrido cien muertes.
Ha visto imperios derrumbarse por las redondeadas caderas de una mujer y reinos erigirse sobre la espalda de esclavos; ha servido a regentes de oro y príncipes de papel. Ha sido amo, segundo al mando, plebeyo, esclavo, ciudadano, paria, indigente, soldado, cuidador, padre, enemigo, aliado, amante de tantos, amigo de más; hombre, mujer, las dos cosas y ninguna. Ha vivido cien veces, esto lo sabe con la certeza de que la envidia de los hombres no cambia y el mundo a cada era es más chico; aunque de ellas recuerda pocas, y con la claridad de la primera casi ninguna.
Y ha habido centurias en que olvida ésta también.
Olvida su primer (verdadero) nombre, su primera guerra, el hombre al que siguió (y aún sigue) al fin del mundo, y vaga sin rumbo la distancia de ocho planetas llenando su cabeza de conocimiento y memorias nuevas en el afán de recobrar sensaciones y nombres que no sabe que ha perdido. Ha matado a su mejor amigo sin saber que lo era y odiado a la persona a la que hace más de dos mil trecientos años juró seguir a los confines de Hades.
Tezuka Kunimitsu. (Pero no éste, no el del presente. No, no, no, no. Mira por la ventana. En las canchas. Está bien. No hay fuego ni pólvora ni copas de oro y veneno. Respira. Respira.)
Ha visto a su mejor amigo morir entre sus brazos y lo ha buscado durante vidas enteras sin encontrarlo, se han adorado, pero más lo ha visto conquistar y adorar (y sí, lo aborrece por momentos, pues Tezuka nunca recuerda, y Oishi aún tiene la memoria de un té de hace doscientos años y el sabor de la tierra dulce que era Hellás, y quiere hablar de eros, discutir sobre dioses que pocos recuerdan y musitar 'lo juro' bajo su ombligo, pero Tezuka no sabe que alguna vez fue rey de Macedonia, y él debe planear con cuidado y amarrarse la lengua.), pues su mejor amigo reencarna para comerse al mundo a manos llenas y Oishi sólo regresa por él.
Ha enloquecido más veces de las que quiere rememorar, muere y olvida, y entierra a más personas de las que ayuda, por lo que Oishi sabe que algún día Tezuka no será motivo suficiente para desear volver a un mundo que se cae a pedazos pero (brazos alrededor de su cintura, aliento caliente en el cuello, un beso, vamos) antes de despedirse quiere trazar 'te amo' en todos los idiomas de la Tierra contra sus muslos y ser amado por todas las vidas en que Tezuka se ha rehusado a mirarlo. Por ahora, lo sigue.